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A
lo lejos vemos una larga
que nos lleva
hasta el pueblo de Almonte. Nada más acercarnos podemos ver la alta
de su antigua
.
Esta torre es característica del lugar, no sólo por su altura, (se ve desde casi
cualquier lugar del pueblo) sino también, porque en lo alto está un gigantesco
nido de
.
A
la pandilla de Laura le encanta montarse en el
del tío de Rafael y
pasear por el pueblo. A veces se disfrazan de
e
imaginan que intentan asaltar la torre.
Laura dice:
-Chicos, un momento. Mi
“Patarrápidas”
también quiere ser un guerrero.
-Vale Laura. Pero átalo a la parte delantera del carro, junto a la
–dice
Rafael.
El
carro es muy antiguo. Lleva unas tablas que los chicos utilizan para sentarse. A
Rosa le gusta ser una guerrera
. Se hace unas trenzas
con su melena y se pone plumas. Es ella la que normalmente conduce a la mula por
las calles del pueblo.
Cuando paseando, llegan cerca de la
, que está en la esquina de la
cooperativa, suelen parar el carrito y bajar porque allí mismo está la puerta
marrón, esa que da paso al patio de la
Manuela.
Los niños con voces alegres les dicen:
-¡Manuela,
Manuela! Aquí estamos de nuevo para que nos invites a un tarrito de mermelada de
.
-¡Entrad! En seguida os preparo unas buenísimas
–dice Manuela.
-UMMMM ¡Qué hambre! Los guerreros necesitamos energía antes del ataque, jajajjajajaj –comenta Pedro.
-Mirad que piel de
me he puesto hoy en la cabeza –dice Sara.
-¡Ya lo vemos Sara! ¡Das mucho miedo! Pero, seguro que a Patarápidas no lo
asustas, jajajaj ¡El
es muy valiente! –dice Laura.
Al
oír su nombre, el perro también se acerca a los niños y luego a Manuela. ¡A
Patarrápidas también le gusta las tostaditas con mermelada de uva! Laura está
muy divertida con todo lo que hace su
. Ella dice que es como si fuera un
hermanito.
De
pronto el
mirando fijamente a Laura, empieza a ladrar:
-¡Guauuuu, guauuuu!
La niña lo mira y le sonríe. Se acerca a él y le dice:
-Ven, vamos a jugar un ratito a las “sumas”.
-¿Qué es eso de las sumas? –pregunta Manuela.
-Jajajaja, mi perrito es muy inteligente y es capaz de contar –dice con cara alegre Laura.
-¿Estás segura de lo que dices Laura? –pregunta Sara.
-¡Claro! A ver ¿quién quiere intentarlo? –dice Laura.
-¿Yo quiero, yo quiero! –dice muy nervioso Pedro.
-Pedro has de mirar al
y decir un número. Por ejemplo si dices “cuatro”, Patarrápidas dará cuatro ladridos.
Luego dirás el otro número y el perrito volverá a ladrar. Al final le dices,
con voz clara: “Patarrápidas, suma los números” y verás como él dará los
ladridos de la suma –explica Laura.
-Entendido –dice Pedro.
-¡Patarrápidas, Patarrápidas! Mira a Pedro. Vas a sumar con él. ¡Atento! –dice Laura.
El
, que conoce a toda la pandilla tan bien como a Laura, se gira y mira a
Pedro. Éste dice:
-Patarrápidas
“
”
-Guauuu,
guauuu, guauuu, -ladra en
.
-Patarrápidas
“
” –dice Pedro
-Guauuu, guauuu, guauuu, guauuu, guauuu –ladra el perro.
-Patarrápidas “suma tres mas cinco” –dice Pedro.
-Guauuu, guauuu, guauuu…
El
silencio es enorme mientras el
va dando los ladridos. Todos están muy
sorprendidos. Cuando llega al ladrido que hace
, el
levanta el su rabito y se
da media vuelta. Todos aplauden y dicen:
-¡Bien Patarrápidas! ¡Qué bien! ¡Eres un campeón!
-¿Puedo intentarlo yo? –pregunta Manuela.
-¡Vale! jajajjajajaa –dice Laura.
Y sumando, sumando… este cuento se va corriendo hasta llegar al

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